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Teletrabajo: mi oficina es mi casa

No es tan popular en Chile, pero quienes lo realizan están encantados. Trabajar sin moverse del hogar no funciona para todos, pero tiene algunas interesantes ventajas a considerar. Si estás pensando optar por esta modalidad de empleo, este artículo podría interesarte

Poco a poco el teletrabajo se ha introducido como una práctica laboral validada por algunos pioneros que corrieron el riesgo. También conocida como home office, partió como una costumbre de muy bajo perfil en las empresas más innovadoras para facilitar la incorporación de mujeres que son madres al trabajo.

En Chile, se ha ido adoptando de forma más lenta que en el resto del mundo, pues de acuerdo a sondeos realizados en sitios web especializados en marketing, el 24% de las empresas de otros continentes apuestan por esta tendencia. La demora en el país podría obedecer a una falta de apertura en algunas organizaciones, que creen que el teletrabajo afectaría la productividad.

Los que trabajan a distancia han tenido un cambio relevante, que les ha aportado calidad de vida y crecimiento profesional desde la autodisciplina, pero también es cierto que esta modalidad exige competencias específicas que no todos poseen y tampoco es aplicable a la naturaleza de la totalidad de los cargos.

Teletrabajo | En primera persona

People First es una empresa de consultoría organizacional, con amplia experiencia en rubros como retail, financiero, salud, minería, previsión, telecomunicaciones, educación, construcción, manufactura, alimenticio, agropecuario y transporte, entre otros, y una de las cuales permite a sus trabajadores optar por esta modalidad.

Karla Gatica, Bussiness Development Manager de la empresa, lo vive en primera persona desde marzo de 2014, año en el que comenzó a trabajar desde su casa.

Partió haciéndolo casi por casualidad, pues el layout de su oficina, con cubículos abiertos, no le permitía concentrarse para desarrollar un proyecto que tenía fecha de entrega inamovible. Conversó con su jefe y surgió la posibilidad de trabajar desde su hogar para este proyecto puntual, pero debido a los buenos resultados obtenidos, la empresa decidió que fuese una forma de trabajo permanente.

“Soy una persona muy estructurada y con una autodisciplina muy desarrollada. Creo que para que el home office sea una experiencia exitosa, lo primero es fijarse objetivos muy claros a cumplir. Yo puedo decir que esta modalidad me ha funcionado perfecto, porque soy mamá de 2 niños (de 15 y 11 años) y esta forma de desarrollarme profesionalmente me ayuda a estar muy presente en sus vidas. Como ellos están en el cole gio, sus rutinas me permiten estructurar mi horario y partir justo a las 9 cada día”.

Como Karla, muchas mujeres podrían disponer de más tiempo familiar con esta modalidad, pero no solamente está pensada para ellas, sino también para los hombres.

Pues, generaciones más jóvenes que pertenecen al grupo Millennials, valoran dedicar tiempo al desarrollo de sus intereses personales y -en ese sentido- están dispuestos a trabajar en empresas que puedan entregarles esta flexibilidad como un beneficio.

A favor y en contra

No solo los empresarios ven con alguna reticencia el trabajo desde la casa, sino que para cierto perfil de trabajador también es impensado.

“Sé que hay personas que simplemente no lo podrían desarrollar porque están habituados a trabajar bajo ciertas rutinas controladas o se motivan desde la influencia de sus pares.

Si eres una persona muy sociable, que necesita estar en contacto permanente con el ambiente laboral, te vas a sentir muy solo trabajando desde tu casa”, declara Karla.

Como está comprobado que una buena camaradería contribuye a sentirse más feliz en la oficina, es importante que aquellos que trabajan desde sus casas tengan alguna instancia de interacción con el equipo. Aquí, las reuniones de coordinación son una excelente forma de mantener vigentes y con sentido de pertenencia a aquellos que tienen una presencia virtual en la empresa.

Otro punto muy importante para desarrollar nuestras labores desde casa, es saber desconectarse, porque tal como es necesario tener un horario regular y un espacio bien delimitado para comenzar a trabajar, también debe existir una hora definida concluir las labores. De lo contrario, podrían generarse situaciones de stress.

Al respecto, la ejecutiva de People First afirma que “la confianza es el primer paso para que las empresas puedan abrir la puerta a esta modalidad de trabajo. Si las gerencias dan el espacio a los colaboradores para que desarrollen sus labores en base al cumplimiento de objetivos y eliminan el control permanente, esta nueva forma de desempeño podría darse sin problemas”.

Pero el siguiente paso corresponde a los colaboradores, quienes deben responder a esa confianza sin sacar ventaja de esta condición privilegiada.

“Entonces, si me preguntas si me arranco a la peluquería o por un cafecito con las amigas a medio día, la verdad es que no, porque me interesa responder bien a esa confianza”, asegura Karla Gatica.

Respecto al temor de ser improductivos, se debe revisar el último Informe de Perspectivas de Empleo 2015, entregado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en julio de 2015, pues Chile figuraba como el quinto país -entre 38 contemplados en la medición- con mayor cantidad de horas trabajadas en promedio en un año. Es decir, tenemos una jornada laboral de unas 166 horas al mes o 7,5 horas diarias de lunes a viernes.

Ya sabemos que nuestro talón de Aquiles es la baja productividad, pues este informe también revela que el país es el segundo con menor productividad laboral -por debajo de los US$30 de PIB por cada hora trabajada- superado solamente por México. Por tanto, no depende que estemos en nuestros cubículos 10 horas al día para asegurar productividad,los buenos resultados no se obtienen por esa vía.

Aliados tecnológicos

La tecnologización de los procesos y las posibilidades de trabajar en la nube 24/7, permite a todo el que tenga una conexión robusta de Internet y -tal vez una línea de teléfono IP- entregar los servicios de su empresa desde casa, incluso en aquellos casos donde se relaciona con personas de otras ciudades, regiones o países.

La tecnología permite acortar distancias, pues los tacos dejan de ser un problema cuando el traslado no se realiza en horarios punta y las reuniones virtuales permiten entregar capacitación, co-works, entrevistas y un montón de posibilidades, y todo sin moverse del sillón favorito.

Además, las redes sociales aportan la inmediatez necesaria para coordinar con los pares, con clientes o con la jefatura, asuntos que son urgentes. El whatsapp y el chat facilitan la tarea cuando se requiere estar conectado.

Si lo medimos en ahorros concretos para las empresas, implementar el home office representa un ahorro energético importante, además de la posibilidad de reducir el espacio físico e inmobiliario, ya que levantar oficinas virtuales disminuye los costos en arriendos.

Finalmente, si estás pensando en cambiar de vida y alejarte de la ciudad para trabajar desde tu refugio en la playa o el campo, recuerda la importancia de contar con un buen equipo, excelente conexión a Internet, autodisciplina para trabajar las horas necesarias para alcanzar los objetivos corporativos y detenerte cuando sea el momento de atender tu vida personal. De seguro tu familia te lo agradecerá.

 

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