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El envejecimiento de la población y las pensiones

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado los resultados definitivos del censo 2017, donde observamos el aumento de la esperanza de vida de la sociedad chilena, frente a un progresivo descenso de la natalidad.

Esto se puede traducir en un progresivo envejecimiento de la población, tema que lleva desde hace décadas afectando a las grandes naciones europeas, y que ahora pasa a convertirse también en un problema prioritario para nuestro país.

Conclusiones del censo 2017

Según los datos finales arrojados por el INE, la población de más de 65 años ha pasado de 8,1 % en el censo de 2002 a 11,4% en el 2007. Mientras que la natalidad sigue en fase decreciente, habiendo pasado los niños de entre 0 y 14 años de 25,7% a 20,1%.

Otro factor que mide estos resultados es la dependencia demográfica. Ésta es la encargada de explicar cuántas personas que no están en edad de trabajar (menores de 14 años o mayores de 65) dependen potencialmente de aquellos que si lo están. Respecto a esto, el nuevo censo muestra como desde 1992 se ha reducido la dependencia de menores, de 46 a 29, frente al aumento de la de mayores, 10 a 17.

Otro resultado que el estudio revela trata sobre la relación de mayores de 65 años y menores de 14, que se ha triplicado desde 1992 a 2017. Hemos pasado de 2 mayores por cada 10 a simplemente 6.

Para finalizar, también se debe señalar el cambio de la pirámide poblacional, la cual ha pasado de ser totalmente progresiva en los 60 (tasa de natalidad y mortalidad muy alta, esperanza de vida baja y un predominio de población joven) a una pirámide prácticamente regresiva (tasa de natalidad y mortalidad baja, esperanza de vida alta y mayoría de población vieja).

Problema para las futuras pensiones

La Superintendencia de Pensiones, entidad especializada en este ámbito, estima como, si en 2015 había medio millón de personas mayores de 80 años, para el 2050 se prevé que esa cifra alcance más de los 2 millones. “Esta realidad presenta grandes desafíos para los sistemas de pensiones, no solamente en Chile, sino en gran parte del mundo”, advierten.

De hecho, revelan que ya los montos de las pensiones actuales están siendo impactados en forma directa por el aumento de la longevidad, dado que los recursos destinados a financiarlas deben cubrir un número mayor de años.

Entre 1985 y 2015, la expectativa de vida de un hombre a la edad de retiro subió de 81,65 a 85,24 años. En el caso de las mujeres subió de 84,32 a 90,31 años. Es decir, los ahorros previsionales actuales deben financiar aproximadamente 4 y 6 años más de vida, respectivamente.

Y es que uno de los temas más polémicos en todos los países afectados por esta crisis se refiere al aumento de la edad de jubilación. Un reciente informe de la OCDE sobre las pensiones revela que el envejecimiento de la población y las preocupaciones sobre la sostenibilidad financiera han creado presiones sobre los responsables de las políticas para elevar la edad de retiro, aún si a la mayoría de las personas no les gusta esto.

Por ese motivo el organismo recomienda un ajuste automático de la edad de jubilación en relación al aumento de la esperanza de vida, independientemente del carácter político. Además, comentan como se debería fortalecer el mercado laboral y las políticas migratorias, que pueden beneficiar enormemente esta situación.

Proyecciones para el futuro

Pero la realidad es que el envejecimiento no es el único factor que incide en el monto de las pensiones. Desde la Superintendencia aclaran como el mercado laboral también debe evolucionar de acuerdo a los cambios demográficos, por ejemplo, creando las condiciones para que la vida activa de las personas se extienda por más años.

Otros factores relevantes afirman como tienen más que ver con la situación y las decisiones que las personas van tomando a lo largo de su vida. Por ejemplo, si una persona decide postergar la edad de jubilación o toma la determinación de ahorrar voluntariamente, encontramos que el sistema de capitalización individual ofrece diversas alternativas: ya que, además del pilar contributivo, a través de cotizaciones previsionales obligatorias, y del voluntario, el sistema de pensiones chileno posee también un pilar solidario.  “Fortalecer estos tres ámbitos es indispensable para que el sistema previsional pueda responder a los desafíos que se le presentan” concluyen los especialistas.

Las soluciones a este fenómeno son prácticamente similares en todas las grandes economías, extender la edad de retiro, apoyar el envejecimiento saludable e integrar a todos los grupos al mercado laboral.

Otro tema muy comentado es también cambios en el enfoque del cuidado de los adultos mayores, fomentando la permanencia en el hogar y centros de salud cercanos, y tratando de evitar la intervención médica y hospitalaria.

Y es que el envejecimiento de la población, a pesar de las contrariedades que lleva implícitas, significa que nuestro nivel y esperanza de vida ha aumentado. Esto se debe leer como un gran avance social, que debería conllevar nuevos desafíos y retos para el futuro.

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